Relojes históricos de las principales marcas suizas
Los relojes históricos son piezas únicas, perfectas para las muñecas más exigentes. A lo largo de los años han sido muchos los relojes que han pasado a formar parte de la historia de la relojería suiza, a continuación, analizamos los más populares.
Los relojes históricos suizos más célebres
Rolex Submariner
Lanzado en 1953, el Submariner se ha convertido en uno de los relojes de buceo más conocidos. Diseñado inicialmente para submarinistas, posee una resistencia al agua que ha evolucionado con los años, llegando a soportar profundidades de hasta 300 metros, su bisel giratorio permite a los buzos monitorizar el tiempo bajo el agua. A lo largo de las décadas, no solo ha sido apreciado por profesionales del buceo, sino también por entusiastas de la relojería y la moda. Su diseño atemporal, con la amplia variedad de estilos y materiales, lo convierte en una pieza versátil y deseable. Es parte de la historia suiza por definir el estándar de lo que debería ser un reloj de buceo.
Patek Philippe Calatrava
Desde 1932, el Calatrava se ha erigido como el epítome de la elegancia clásica en relojería. Inspirado en el principio Bauhaus de la forma sigue a la función, se caracteriza por su esfera limpia y sus números romanos. La maestría técnica de Patek Philippe se refleja en la precisión y fiabilidad de sus movimientos. Esta combinación de diseño sofisticado y maestría relojera ha consolidado al Calatrava como uno de los relojes más prestigiosos. Su significado para la relojería suiza radica en su continua dedicación a la tradición y la excelencia.
Audemars Piguet Royal Oak
En 1972, el mundo de la relojería fue sacudido por el lanzamiento del Royal Oak. Hasta entonces, los relojes de lujo solían ser pequeños y de metales preciosos, el Royal Oak cambió el paradigma con su diseño octagonal, su esfera y su construcción en acero inoxidable, proponiendo un tamaño más grande y una estética deportiva. Su atrevido diseño, junto con el hecho de ser el primer reloj deportivo de lujo, lo cimentó como un icono. Es una pieza que demostró que los límites de la relojería suiza podían ser redefinidos.
Omega Speedmaster
Conocido como el «Moonwatch», el Speedmaster de Omega es, sin duda, uno de los relojes más emblemáticos de la historia. Presentado en 1957, este cronógrafo fue originalmente diseñado para deportistas y profesionales que requerían una medición precisa del tiempo. Sin embargo, alcanzó la fama mundial cuando fue el reloj seleccionado por la NASA para las misiones Apollo. En 1969, se convirtió en el primer reloj en la Luna con el astronauta Buzz Aldrin durante el Apollo 11. Su robusta construcción, precisión y diseño atemporal lo hicieron apto para soportar las condiciones extremas del espacio exterior. Esta proeza lo inmortalizó en la historia de la relojería suiza como el reloj que acompañó uno de los logros más significativos de la humanidad.
Jaeger-LeCoultre Reverso
Aunque inicialmente no es suizo de origen (la marca es de la región del Valle del Jura, en la frontera franco-suiza), este reloj es icónico en la relojería de lujo. Creado en 1931 para oficiales británicos que jugaban al polo en la India, su característica única es una caja que puede girarse para proteger la esfera del reloj y mostrar un reverso de metal. Esta funcionalidad, unida a su diseño Art Déco, lo convierte en una combinación perfecta de forma y función. Su innovador mecanismo y su elegancia lo han consolidado como una obra maestra dentro de la relojería suiza.
Vacheron Constantin Patrimony
Vacheron Constantin, fundada en 1755, es una de las casas relojeras más antiguas que ha operado continuamente. El Patrimony, con su diseño puro y sus líneas limpias, es la esencia del minimalismo elegante. Sus esferas sin complicaciones, a menudo adornadas con índices sencillos y delgadas agujas, exudan una sofisticación clásica. Estos relojes no solo representan la maestría en relojería, sino también la dedicación de la marca a la tradición y la perfección. Su pertenencia a la historia suiza radica en su atemporalidad y en la habilidad con la que cada pieza es creada.
Breguet Classique
Breguet es otra marca legendaria, conocida por sus innovaciones técnicas y estilísticas. El reloj Classique es una representación de la estética tradicional de Breguet, con sus agujas de punta de manzana, números romanos y una esfera guilloché, que es una técnica decorativa intrincada. Además, Breguet ha introducido numerosas innovaciones en la relojería, como el tourbillon, que se puede encontrar en algunos modelos Classique. Esta marca, en particular este modelo, son testimonios de la combinación de innovación técnica con un diseño impecable, sello distintivo de la relojería suiza.
Longines Heritage
Longines, fundada en 1832, es conocida por su legado y tradición en relojería. La colección Heritage busca rendir homenaje a los icónicos modelos del pasado de la marca. Estos relojes combinan la estética vintage con la tecnología moderna, ofreciendo una ventana al pasado mientras se mantiene la relevancia en el presente. Longines ha sido partícipe de numerosos eventos históricos, desde expediciones aéreas hasta eventos olímpicos, lo que refuerza su importancia en la historia relojera suiza.
Girard-Perregaux Laureato
Girard-Perregaux es una firma con más de dos siglos de historia y el Laureato, introducido en la década de 1970, representa una fusión de diseño deportivo con elegancia. Con su distintivo bisel octogonal y su integración perfecta de caja y brazalete, el Laureato se ha establecido como un ícono del diseño. La marca ha sido pionera en varias innovaciones, el Laureato es testimonio de su habilidad para adaptarse a los tiempos conservando su identidad.
IWC Portugieser
La International Watch Co., mejor conocida como IWC, creó el Portugieser en la década de 1930 para satisfacer la petición de dos comerciantes portugueses que querían un reloj de pulsera con la precisión de un reloj de marina. Con su gran caja y su esfera clara y legible, el Portugieser combina funcionalidad con un diseño inconfundible. A través de los años, ha experimentado diversas evoluciones, pero siempre manteniendo ese aire náutico y elegante que lo caracteriza.