Cómo es el proceso de pulido de joyas de oro para recuperar su aspecto
Las joyas son productos que nunca pierden su valor. Tanto a nivel económico como en lo que se refiere a complementar la imagen de mujeres y hombres. Sin embargo, el paso del tiempo y el uso normal de las joyas puede hacer que se presenten defectos, que se desgasten o que pierdan sus cualidades. Lo que significa que su uso queda limitado o incluso dejan de ser útiles para las personas. Claro que no es necesario renunciar a una pieza de joyería de calidad a pesar de que pueda presentar defectos. Solo hace falta que pase por un proceso de pulido de joyas.
En este artículo te contamos cómo es dicho proceso paso a paso, para que puedas recuperar el aspecto original de tus joyas de oro cuanto antes.
Qué es el pulido de joyas
El pulido de joyas es una técnica que consiste en eliminar los defectos provocados por el paso del tiempo o por un accidente en piezas de valor. Su objetivo es recuperar el valor de la joya sin alterar su forma. Lo que únicamente puede hacerse a través de un espacio profesional adecuado y de personal cualificado. Después de este proceso, la superficie de la joya queda perfectamente lisa y libre de imperfecciones, y su brillo vuelve a ser máximo y resplandeciente.
En qué tipo de joyas puede hacerse el pulido
No todas las joyas son candidatas a pasar por el proceso de pulido. Únicamente aquellas de calidad y fabricadas en oro puro podrán soportar el proceso sin estropearse. Tanto el oro amarillo, como el oro rosa y el oro blanco pueden someter a un pulido de joyas, pero el proceso es ligeramente distinto dependiendo del color del oro. En todos los casos, los resultados son los mismos, e implican volver a tener la joya en perfecto estado. Eso sí, no se recomienda llevar a cabo más de tres pulidos en la misma pieza, porque podría quedar en un estado importante de fragilidad. Además, este proceso no siempre elimina los defectos o daños causados en las joyas, por lo que su viabilidad o no deberá comprobarla un profesional.
Pasos del pulido de joyas
Teniendo claro todo lo anterior, llega el momento de conocer los pasos del pulido de joyas. Como verás, no es un proceso demasiado tedioso, pero sí requiere de los conocimientos y habilidades de un profesional para actuar con precisión y lograr los resultados esperados. Por eso es importante que solo selecciones para tus joyas un centro especializado en pulido y en otros procesos relacionados con la alta joyería.
Un profesional debe evaluar la pieza
Como ya hemos visto, el pulido no es recomendable para todas las piezas de joyería. De ahí que el primer paso sea la revisión y evaluación de la pieza por parte del profesional. En este paso se evalúa el estado inicial de la pieza, sus características y la profundidad de los defectos que presenta, ya sean arañazos, golpes, desgastes de color u otras imperfecciones. A través de esta primera revisión sabrás si merece la pena pulir tu joya o si el proceso no dará los resultados deseados.
El proceso continúa con el propio pulido
Una vez que la joya tiene el visto bueno del profesional, llega el turno de realizar el pulido. Por lo general, el pulido se lleva a cabo de forma manual, siendo el profesional el encargado de sostener la pieza y de pulirla en aquellas zonas que sea necesario. Para ello, se trabaja sobre tornos de diferentes formas y tamaños según las necesidades de la pieza. Estos tornos se impregnan con pastas abrasivas que son las encargadas de eliminar poco a poco los arañazos y otras impurezas. Lo que hace este proceso es eliminar la primera capa de la superficie de la pieza, aquella que está afectada, para dejar a la vista una segunda capa con superficie completamente lisa y sin impurezas.
La joya pulida se limpia a fondo
El siguiente paso del proceso consiste en dejar la joya en perfecto estado y libre de cualquier resto o mancha de suciedad. Para ello, se introduce la pieza en un baño de ultrasonidos y de agua tibia con jabón. Este baño elimina cualquier resto, incluso de las partes más pequeñas e inaccesibles, para que la joya recupere todo su brillo y esplendor. Es un paso recomendado para casi todas las piezas, excepto aquellas que están formadas por determinadas piedras preciosas que podrían sufrir daños a causa de su fragilidad.
Ajustes y detalles en la pieza
En las joyas de oro amarillo y rosa, el proceso llega aquí a su fin. A no ser que cuenten con piedras preciosas y otros detalles que requieran algún ajuste concreto. Sin embargo, en todas las piezas de oro blanco resta un paso más, el conocido como rodiado. El rodiado es un baño de rodio que se aplica en joyas de oro blanco para reforzar su tono y su color. El rodio es un metal de la familia del platino, con la capacidad de aumentar el brillo del oro blanco y de dejarlo en las mejores condiciones. Aunque pueda parecer que aplicar este metal es una forma de reducir el valor de la joya, la realidad es bien distinta. Y es que el rodio es un metal muy escaso y de gran valor, por lo que además de proteger la pieza y alargar su vida útil, aumentará su valor y su vistosidad.
Después de todos estos pasos, la pieza estará completamente lista para regresar a las manos de su propietario o propietaria. Lo más importante es confiar siempre en el trabajo de un profesional para llevar a cabo el pulido de joyas, que cuente con la habilidad y las herramientas necesarias para garantizar los mejores resultados. Puedes venir a visitarnos si necesitas devolver la mejor imagen a tus piezas de joyería. Y también si quieres echar un vistazo a las joyas de lujo disponibles en nuestro catálogo. Te esperamos.