El origen del reloj de pulsera y sus componentes esenciales
El reloj de muñeca o reloj de pulsera es un artículo que está presente en la vida de gran parte de la población, incluso conviviendo con otras soluciones tecnológicas. Pero, ¿cuál es el origen de este elemento tan importante para definir el estilo personal de quien lo lleva?
En este post, vamos a analizar la importancia de su uso y por qué sigue siendo fundamental en la vida de tantas personas.
Origen del reloj de muñeca
Antes de la aparición de esta solución, la consulta del tiempo se venía realizando a través de los conocidos como relojes de bolsillo. En realidad, los expertos consideran este nuevo recurso como una adaptación de estos dispositivos que las personas de la época llevaban en el interior de sus prendas.
La transición del modelo de bolsillo al reloj de pulsera fue lento y progresivo, una vez que sus usuarios se dieron cuenta que se podía contar con una solución práctica.
Las primeras informaciones acerca del reloj de pulsera en la población general datan de finales del siglo XIX, aunque ya en 1812 Abraham Louis Breguet creó el primer reloj de pulsera para Caroline, la hermana menor de Napoleón y, por aquel entonces, reina de Nápoles.
Fue en los primeros compases del siglo XX cuando comenzaron a extenderse y a estar más presente en el pueblo llano.
No obstante, en aquellos tiempos se asociaba el uso de estos modelos a las mujeres, por los diseños que había en la época tan estilizados. En un principio, incluso, se adaptaban algunos relojes de bolsillo para llevarlos en la muñeca.
La Primera Guerra Mundial, clave para el auge del reloj de pulsera masculino
Poco a poco, sobre todo debido a una cuestión práctica, fue extendiéndose y su uso se amplió a un público masculino, con modelos adaptados a los hombres de la época.
Los militares tuvieron que agilizar su equipamiento y una de las claves de esta búsqueda de simplificación fue la apuesta por relojes de pulsera, que proporcionara la información de una manera más precisa evitando movimientos innecesarios.
Al acabar el conflicto bélico, se asentó en la sociedad civil el reloj de pulsera de hombre.
Ya con el paso de las décadas, comenzaron a surgir alternativas al reloj analógico convencional, como el reloj de pulsaciones, el reloj digital de pulsera o el reloj con GPS, entre otros avances.
Cuáles son las partes de un reloj de pulsera
Las partes de un reloj de pulsera son los componentes esenciales para garantizar su correcto funcionamiento.
Al tratarse de un recurso tecnológico, sus mecanismos son los responsables de que funcionen correctamente.
Las partes esenciales de un reloj de pulsera son las siguientes:
- Agujas: son, sin duda, los componentes fundamentales del reloj de muñeca con mecanismo analógico, ya que son las que informan acerca de la hora en el momento de su consulta.
- Cristal: se trata de la cubierta que protege el interior del producto, en muchos casos, con un componente específico para resistir ante arañazos o golpes.
- Bisel: se trata del anillo que rodea esa cubierta.
- Corona: es el nódulo que se extiende de la caja del reloj, en busca de la edición de la hora, la fecha y otras informaciones.
- Caja: la caja del reloj es la cubierta, normalmente de metal, donde se encuentran los componentes internos de este dispositivo.
- Esfera: es donde se encuentran los números, los índices o donde se anclan las agujas.
- Pulsera: se trata de la venda de metal flexible formada por acoplamientos montados que suele ser del mismo estilo que la caja.
- Correa: la tira plana y flexible que completa su diseño, que puede estar hecha de diferentes materiales, como, generalmente, de cuero o plástico.
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