Con la popularidad creciente de la relojería de lujo, también han surgido creencias que, aunque suenan convincentes, no siempre tienen fundamento. Algunos de estos mitos se han transmitido de boca en boca entre aficionados, otros se han amplificado en redes sociales o foros, y otros han sido alimentados por el propio marketing de las marcas. Como vamos a ver, estos mitos no siempre son ciertos.
Mito 1: “Un reloj caro siempre sube de valor”
Es tentador pensar que un reloj de lujo es una inversión garantizada, pero la realidad es mucho más matizada. Algunos modelos icónicos, como ciertos Rolex, Patek Philippe o Audemars Piguet, han visto incrementos impresionantes en su valor con el tiempo. Sin embargo, muchos relojes, incluso de marcas prestigiosas, pierden valor en cuanto salen de la boutique, igual que ocurre con los coches nuevos.
El mercado de segunda mano está sujeto a tendencias, rareza de modelos, estado de conservación y demanda global.
Mito 2: “Solo las marcas suizas hacen buenos relojes”
Suiza es, sin duda, la cuna de la relojería de lujo y hogar de casas legendarias. Pero limitar la calidad relojera a un solo país es una visión incompleta. Japón ha producido verdaderas joyas mecánicas con marcas como Grand Seiko, que compiten en acabados, precisión y tradición con los suizos más reconocidos. Alemania, con Glashütte Original o A. Lange & Söhne, es ejemplo de artesanía y precisión técnica. Incluso países como Francia e Inglaterra tienen historia y tradición en la relojería.
Mito 3: “Cuantos más complicaciones, mejor”
En relojería, una complicación es cualquier función extra que no sea la indicación de horas, minutos y segundos. Tourbillones, calendarios perpetuos, repetidores de minutos… todas estas maravillas técnicas despiertan admiración. Sin embargo, más complicaciones no siempre significan un mejor reloj. A veces, un diseño limpio con solo la hora y la fecha puede ser más práctico y fiable.
Mito 4: “Los relojes de cuarzo no son para coleccionistas”
El cuarzo, introducido en la década de 1970, revolucionó la industria y fue visto por muchos como un enemigo del reloj mecánico tradicional. Sin embargo, algunos modelos de cuarzo se han convertido en piezas de culto. Relojes como el Omega Seamaster Professional de cuarzo o el Seiko Astron original son altamente apreciados por su valor histórico y su fiabilidad.
Mito 5: “Solo los relojes grandes son masculinos”
Durante años, el mercado masculino se llenó de relojes de 44 mm o más, sin embargo, la tendencia actual está volviendo a tamaños más moderados, entre 36 y 40 mm, recuperando proporciones clásicas que usaban figuras históricas como Sean Connery o Steve McQueen. Un reloj debe ajustarse a la muñeca y al estilo personal, no a un estereotipo. En relojería, la elegancia y la comodidad suelen pesar más que el diámetro.
Mito 6: “Un reloj debe estar impecable para ser valioso”
Muchos coleccionistas piensan que cualquier arañazo o desgaste reduce drásticamente el valor de un reloj. Sin embargo, en el mundo vintage, la “pátina” natural es parte del encanto. Esferas ligeramente decoloradas, agujas con tritio envejecido o cajas con marcas de uso cuentan una historia. En algunos casos, un pulido excesivo puede incluso devaluar el reloj, ya que altera las líneas originales de la caja.
Mito 7: “Cuanto más raro, mejor”
La rareza es un factor que puede aumentar el valor de un reloj, pero no es el único ni el más determinante. Un modelo puede ser extremadamente raro y, sin embargo, tener poco interés entre coleccionistas si su diseño, calidad o historia no destacan. Por el contrario, un reloj relativamente común pero icónico, como un Rolex Submariner o un Omega Speedmaster, puede mantener un valor alto gracias a su relevancia cultural y su reputación. La rareza sin demanda no garantiza éxito en el mercado.
Mito 8: “Comprar de segunda mano es arriesgado”
El miedo a las falsificaciones o a piezas modificadas hace que algunos coleccionistas eviten el mercado secundario. Sin embargo, comprar de segunda mano, especialmente a vendedores de confianza y con certificación, es una excelente forma de acceder a modelos descatalogados o a precios más competitivos. Además, muchas piezas de colección solo están disponibles fuera del circuito oficial.
La clave está en informarse, verificar la autenticidad y trabajar con tiendas de reputación comprobada, como PawnShop.
Mito 9: “Un reloj automático es siempre mejor que uno manual”
Tanto los relojes automáticos como los de cuerda manual tienen sus ventajas. El automático ofrece la comodidad de no tener que darle cuerda si se usa a diario, mientras que el manual proporciona una conexión más íntima con la pieza, ya que requiere un momento de interacción diaria.
Muchos coleccionistas disfrutan del ritual de dar cuerda y sentir el mecanismo responder.
Mito 10: “Solo importa la marca”
La marca es un factor importante en la relojería de lujo, pero no lo es todo. Existen fabricantes independientes que producen relojes excepcionales con acabados y movimientos al nivel de las grandes casas, a veces incluso superándolas. Compañías como F.P. Journe o Laurent Ferrier han ganado prestigio entre conocedores por su innovación y atención al detalle. Limitar la colección a nombres conocidos puede hacer que uno se pierda auténticas joyas ocultas.
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