La historia del reloj de muñeca y sus principales características
La medición del tiempo no llegó con el reloj de muñeca de hecho la humanidad había medido el tiempo de maneras muy diferentes a lo largo de la historia, sin embargo, el reloj de muñeca, también conocido como reloj de pulsera, supuso un hito clave a la hora de definir el tiempo, medirlo y racionalizarlo.
En Pawn Shop nos apasionan los relojes de las grandes marcas suizas, por eso somos expertos en este tipo de maquinarias. En este post vamos a repasar la historia menos conocida del reloj de muñeca, su futuro y algunos datos curiosos que nos ha dejado a lo largo de su historia.
El origen del reloj de muñeca, los primeros prototipos
En realidad no se puede hablar de reloj de muñeca como tal hasta hace tan solo un siglo aproximadamente, pero vale la pena repasar los relojes que antecedieron a los mecanismos actuales.
En el siglo XV se descubre el muelle de tracción, este dispositivo permitía un movimiento muy preciso, que además podía instalarse en mecanismos de pequeño tamaño. Su primera función tuvo que ver con los relojes de bolsillo, sin embargo el muelle de tracción, capaz de accionar un péndulo, fue todo un hito que permitió reducir en gran medida el tamaño de los relojes.
No fue hasta el siglo XIX cuando se diseñó y llevó a cabo el primer reloj de pulsera tal y como lo conocemos en la actualidad. Fue Abraham Louis Breget (¿te suena ese apellido?), quien fue capaz de introducir un mecanismo relojero en un espacio tan reducido que pudiera llevarse en la muñeca. Su primer reloj, llevado a cabo en 1812, fue para Caroline Bonaparte, reina de Nápoles y hermana pequeña de Napoleón.
El siglo XX y los dispositivos modernos
El reloj de pulsera surge de una necesidad muy concreta. Las complicaciones avanzan muy rápido entre el siglo XIX y principios del siglo XX, sin embargo los relojes de la época no resultan cómodos para los aviadores, que necesitan de estos relojes para calcular todo tipo de factores que afectan a su vuelo. Lo que empiezan a hacer es atar de distintas maneras relojes de bolsillo a sus brazos, de esta forma pueden comprobar en cualquier momento las indicaciones del reloj.
De esta forma comienzan a popularizarse los relojes de muñeca, primero en ambientes militares, más tarde en el resto de la sociedad. Es a principios del siglo XX cuando Louis Cartier (otro apellido de relevancia en el mundo de la relojería), fabrica el primer reloj específico para la aviación, concretamente para Santos Dumond, un pionero de la aviación.
Aunque el hecho que realmente popularizó los relojes de pulsera fue la I Guerra Mundial. Este trágico conflicto bélico que incluyó a la práctica totalidad de los países del mundo permitió que los relojes saltaran a las trincheras, para poco más tarde popularizarse entre la sociedad civil.
Fueron los años 50 y 60 los que vieron el mayor desarrollo de la mecánica relojera. La mecánica consiguió hitos nunca antes vistos, con todo tipo de complicaciones que todavía hoy, unos 70 años más tarde, todavía se siguen utilizando tal y como se diseñaron en su origen.
El paso de la mecánica a la electrónica
En la década de los 70 aparece el cuarzo como elemento regulador, que no solo abarataba la producción, sino que además conseguía afinar la precisión.
Otro golpe duro para la relojería mecánica suiza fue la aparición de los primeros prototipos LED, relojes de pulsera digitales que nada tenían que ver con el desarrollo mecánico anterior.
Hoy en día conviven en nuestras muñecas relojes mecánicos automáticos, de pila, relojes de cuarzo, relojes digitales y SmartWatches, diferentes relojes de muñeca que se adaptan a diferentes necesidades.
La vuelta a la mecánica como apuesta de futuro
Es curioso como a veces el futuro se basa en recuperar el pasado. En la industria de la relojería mecánica cada vez se apuesta más por desarrollar complicaciones mecánicas, optimizar diseños tradicionales y, en definitiva, volver a la relojería tradicional.
Es cierto que los relojes digitales inteligentes ofrecen todo tipo de opciones, sin embargo el mercado del reloj mecánico, automático o de pila, sigue teniendo su lugar en el mercado del lujo y desarrollando nuevas tecnologías y complicaciones.
Curiosidades acerca de los relojes de pulsera a lo largo de la historia
- El reloj de pulsera fue en su origen un complemento pensado para mujeres. El reloj masculino fue durante muchas décadas el modelo de bolsillo.
- Los relojes más baratos de cuarzo son más precisos que los relojes mecánicos más caros, sin embargo los relojes mecánicos siguen teniendo una gran demanda en todo el mundo.
- El primer reloj que llegó al espacio fue el Sturmanskie de la mano del cosmonauta soviético Yuri Gagarin. No se trató de un reloj diseñado especialmente para viajar al espacio, pero su funcionamiento fue realmente satisfactorio.
- El reloj de pulsera más caro a la venta es el Franck Muller Aeternitas Mega 4, con un precio de 2 millones de euros, aunque muchos relojes históricos han alcanzado precios mucho mayores en subastas.
- El primer reloj que llegó a la luna fue el mítico Speedmaster de Omega, un reloj que la marca publicita como su pieza más icónica.
- Los relojes de pulsera mecánicos duran más si se usan, al contrario, su mecanismo sufre variaciones si no se utilizan, de ahí la utilidad de las vitrinas de movimiento.
- El primer cronógrafo de pulsera aparece en el año 1915 y fue presentado por Breitling.
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