La evolución del reloj mecánico a lo largo de la historia

La evolución del reloj mecánico es la evolución misma de la relojería. Este tipo de dispositivo no necesita de una batería que genere movimiento, son complejos dispositivos mecánicos los que generan la fuerza necesaria para crear movimientos precisos, que a lo largo del tiempo siguen acompasados, para no generar imprecisiones en la medición horaria. 

En esta ocasión vamos a analizar la evolución del reloj mecánico desde su origen, y todos los hitos necesarios para que los relojes mecánicos actuales alcancen una precisión asombrosa.   

La evolución del reloj mecánico en 4 hitos

Los primeros relojes mecánicos comienzan a construirse en el siglo XIII. En este tiempo eran necesarias grandes maquinarias, por lo tanto los únicos relojes mecánicos disponibles eran los de pared, adosados a paredes en ayuntamientos e iglesias. 

El objetivo de estos primeros relojes automáticos era fijar una hora estándar para toda una ciudad. Estos primeros relojes no tenían minutero e iban adosados a movimientos de sonería con campanas, que marcaban las horas enteras. 

Desde estos primeros relojes rudimentarios de inmenso formato, hasta los modelos de pulsera, fueron necesarios 700 años de investigación, que fueron reduciendo el tamaño del mecanismo y aumentando su precisión, estos son 4 hitos fundamentales en la evolución del reloj mecánico. 

Desarrollo y aplicación del péndulo

A finales de la Alta Edad media ya se habían probado varias maquinarias para regular la marcha de los relojes mecánicos, fue Galileo quien descubrió que la marcha de un péndulo sería capaz de compensar perfectamente el movimiento de un reloj, su estudio acerca de la cinemática del péndulo en 1582 resultó clave para desarrollar el reloj mecánico moderno. 

Proceso de disminución de la maquinaria

El siglo XVII fue clave a la hora de reducir el tamaño y peso de la maquinaria de un reloj mecánico. Decíamos que en el siglo XIII los únicos relojes mecánicos posibles eran los que se adosaban a la fachadas de edificios públicos e iglesias, 400 años después ya era posible disponer de un reloj portable que, si bien todavía no se podía llevar en la muñeca, ya era posible transportar como un mueble de pequeño tamaño. 

Aparición del reloj de pulsera

Ap esar de lo que mucha gente piensa, el reloj mecánico de pulsera no aparece hasta principios del siglo XX, lo cual evidencia que apenas llevamos 100 años utilizando este tipo de relojes de forma popular. 

El primer reloj de pulsera lo inventó Patek Philippe en el año 1868, sin embargo, se trató de una única pieza más pensada para la joyería. Fue Louis Cartier el primero que lanzó un reloj de pulsera pensado para ser fabricado para el público, por deseo del aviador Santos Dumont. 

La precisión de los cronógrafos

Decíamos que a lo largo delsiglo XIII, lo común es que los relojes mecánicos solo dispusieran de una sola aguja que marcase cada hora, unos siglos después se desarrollan los primeros cronógrafos marinos,aunque fue el siglo XVIII el que vio nacer los avances necesarios para el desarrollo de los actuales cronógrafos, capaces de medir el tiempo con una precisión absoluta. 

Las patentes que han hecho avanzar al reloj mecánico 

Un reloj mecánico dispone de decenas de piezas, muchas de ellas se utilizan desde hace más de cien años, y en su momento supusieron un auténtico hito dentro de la relojería. 

Estas son las piezas que hicieron avanzar la evolución del reloj mecánico, y que todavía hoy incorporan la mayoría de los modelos. 

Muelle

El muelle es un elemento fundamental en la construcción de un reloj mecánico. Se trata de una cinta metálica que se va desenrollando poco a poco para generar movimiento al reloj.

En la actualidad, la mayoría de los relojes son automáticos, esto quiere decir que existe un rotor que va enrollando el muelle a partir de los movimientos de la mano. 

La energía acumulada del muelle es de unas 24-48 horas habitualmente, aunque algunas piezas de lujo han conseguido almacenar energía durante varias semanas.

Escape

El desarrollo del escape fue otro de los hitos de la relojería mecánica. Se forma de dos piezas, el áncora y la rueda, su función es mantener las oscilaciones de la espiral o muelle y transportar la fuerza del muelle al tren de engranajes. 

El invento y desarrollo del escape fue clave, no solo para reducir las dimensiones de los mecanismos, sino también para multiplicar la precisión de los mecanismos, debido al control que ejerce sobre el muelle. 

Volante

El volante, convenientemente equilibrado, lleva a cabo un movimiento constante, independientemente de la energía que recibe. Lo que conseguimos es tener una pieza que se mueve constante, ordenando el escape y su velocidad. 

Después de cada oscilación, el volante vuelve siempre a su posición original, para volver a empezar su movimiento. 

Tren de engranajes

El conocido como tren de engranajes es un conjunto de mecanismos que fue desarrollado poco a poco hasta llegar al dispositivo utilizado actualmente.

Los relojes modernos suelen incorporar un tren de engranajes compuesto por 4 piezas, que van transmitiendo la fuerza del barrilete al resto del mecanismo. 

Una de las mayores complejidades a las que se enfrentaron los relojeros de todas las épocas era la dificultad de generar un tren de engranajes que generase diferentes velocidades, mediante la diferencia de tamaños de los engranajes, finalmente se consiguió. 

Inclusión de joyas

Por último, la inclusión de joyas no se realiza simplemente para elevar el valor de una pieza, sino que tienen una función práctica.

Habitualmente, las joyas elegidas son zafiros y rubíes, sin embargo, algunas piezas de lujo también incorporan partes de diamante. 

Lo que se consigue mediante las joyas es reducir la fricción, evitando que el movimiento se desacompase. 

Los elementos sintéticos se van desgastando con el tiempo, las piedras preciosas apenas sufren desgaste con los años, permitiendo que el reloj disponga de un movimiento constante. 

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La evolución del reloj mecánico es apasionante, durante siglos, miles de relojeros han trabajado para que hoy en día dispongamos de relojes mecánicos de alta precisión, que caben en una mano. 

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