La historia de Rolex desde sus orígenes
Pregúntale a alguien cuál es la principal marca de relojes de lujo y en el 90% de los casos conseguirás la misma respuesta: Rolex. Pero, ¿cómo llegó esta empresa suiza a ocupar un lugar tan relevante? Repasamos la historia de Rolex desde sus inicios.
Historia de Rolex
Lo primero que puede llamarte la atención es que la compañía no se fundó en Suiza, sino en Inglaterra, y su fundador no era relojero de profesión. Se llamaba Hans Wilsdorf Wilhelm (1881-1960), nacido en Baviera y huérfano a los 12 años. Gracias a su dominio del inglés, pudo conseguir trabajo escribiendo la correspondencia comercial de una empresa de exportación de relojes de bolsillo.
En ese momento (principios del siglo XX) los relojes de bolsillo estaban de mod,a y los de pulsera eran más vistos como artículos de joyería para las mujeres y se fabricaban en pequeñas cantidades. Convencido del inmenso potencial del reloj de pulsera, Hans Wilsdorf dedicó toda su energía a su sueño de producir relojes de pulsera precisos y elegantes.
En 1905 se trasladó a Londres, donde unió fuerzas con Alfred James Davis para crear Wilsdorf & Davis Ltd, una compañía especializada en la distribución de relojes especializada en la distribución de relojes en Gran Bretaña y en los países del imperio británico. En 1908, Wilsdorf acuñó un nombre de marca con el que firmar sus creaciones: Rolex. Un nombre fácil de pronunciar en cualquier idioma y lo suficientemente corto como para que quepa en el dial de un reloj.
Uno de los motivos del poco éxito del reloj de pulsera en sus inicios es que eran poco precisos. Wilsdorf invirtió mucho esfuerzo en la calidad de sus relojes. El esfuerzo tuvo sus resultados, en 1910, un reloj Rolex fue galardonado con el primer certificado oficial de cronómetro otrogado a un reloj de pulsera. En 194 Rolex consiguió el certificado de precisión de clase A (hasta entonces solo en poder de cronómetros submarinos). Con este premio, Rolex demostró que los relojes de pulsera y de precisión podrían ir de la mano.
En 1916, Rolex se traslada a Gibebra, donde ha permanecido desde entonces.
El siguiente reto para el empresario alemán era crear un reloj impermeable al polvo y agua. El reloj Rolex Oyster, que apareció en 1926, fue la primera pieza de relojería totalmente impermeable. Para demostrar sus características, una nadadora cruzó el canal de la Mancha con el reloj puesto.
El Oyster pronto se jactó otra característica excepcional. En 1931 Rolex introdujo un mecanismo de cuerda automática con un rotor perpetuo, lo que dejó obsoleto el reloj de cuerda manual.
A partir de la década de 1940, Rolex creó relojes de gran prestigio usados por algunas de las personas más influyentes del mundo. En 1945, Rolex creó el Datejust, el primer cronómetro de pulsera para indicar la fecha en una ventana en el dial.
A principios de la década de 1950, gracias al perfecto dominio de precisión cronométrica e impermeabilidad, Rolex desarrollaron relojes profesionales que sirvieron como herramientas y cuyas funciones se fue mucho más allá de dar la hora. Estos relojes fueron destinados a nuevas actividades profesionales, tales como la inmersión submarina, la aviación, la escalada y la exploración científica.
Desde entonces la fama de Rolex entre coleccionistas y amantes de los relojes no ha dejado de crecer, con modelos tan icónicos como el Rolex Daytona. Su precio está más que justificado por el hecho de que cada reloj tarda aproximadamente un año en fabricarse.
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