Características de las subastas de antigüedades
Conseguir una pieza de arte de colección no siempre es algo sencillo. Los interesados deben acudir a circuitos especializados que no son tan accesibles al gran público, pero que empiezan a abrirse más debido a la demanda general de este tipo de elementos. Algunos de los lugares más concurridos actualmente son las ferias de arte y antigüedades, los anticuarios y casas de empeños, galerías de arte y también casas de subastas. En casi todos puedes encontrar productos en venta directa, excepto en las casas de subastas, que cuentan con sus propias normas. Te contamos las características de las subastas de antigüedades para que sepas cómo funcionan si es que quieres asistir a alguna.
Cómo funcionan las subastas de antigüedades
Mucho antes de que dé comienzo una subasta de arte y antigüedades, los objetos que se van a subastar son expuestos en un lugar donde el público interesado pueda estudiarlos con detenimiento. Esto significa que, rara vez un consumidor de arte acude a una subasta sin conocer los objetos a subastar y sin tener claro qué es lo que quiere conseguir. Bajo estas premisas, el comprador acude al recinto de la subasta, y es cuando se inicia el verdadero proceso de compra.
La clave de la serenidad
El ambiente que reina en una subasta es siempre de tranquilidad y serenidad. Los pujadores deben estar concentrados y desprovistos de nervios, y no mostrar un interés excesivo por su objeto de deseo para no despertar la curiosidad de otros pujadores. Ganar una subasta depende más de la paciencia y la inteligencia que de la cantidad económica disponible para pujar por un determinado objeto.
Pujar por un artículo
El momento de la puja es el más emocionante, pero, nuevamente, no hay que caer en el exceso para evitar que el objeto aumente demasiado de precio. También puede ser una buena idea pujar por algún otro artículo que resulte de interés, siempre y cuando se encuentre entre las posibilidades económicas del pujador.
Fijar un precio máximo
Algo necesario y a tener muy en cuenta es el marcar un límite económico de inversión para el objeto escogido. En una subasta es relativamente fácil ver cómo un objeto aumenta de valor exponencialmente y en muy poco tiempo, y a veces el deseo de ganar es tan fuerte que se olvida que se trata de una inversión real que habrá que abonar tras la victoria. Por eso, es importante fijar el precio máximo que se puede pagar y no rebasarlo en ningún caso.
Estas son algunas características de las subastas de antigüedades. Si no quieres pasar por el proceso pero quieres conseguir una pieza única, entonces acude a espacios de venta de productos de lujo de segunda mano, donde encontrarás una amplia variedad de oportunidades.